Por ahora, este blog está realizado por un gay aficionado a la música, que quiere hacer un homenaje a los grandes artistas también homosexuales que se han dedicado a este arte; pero no negaré que deseo que algún día yo mismo aparezca en un lugar como este,  para eso, ya estoy haciendo mis intentos y mis primeros pinitos en este mundo, no sé si con mayor o menor acierto, pero sí con mucha ilusión.

Un grupo de colegas y yo estamos cada fin de semana, y siempre que nos lo permiten nuestros trabajos y ocupaciones diarias, en la trastienda del negocio que tengo con mi padre, intentado por ahora hacernos un hueco en la música como trabajo profesional, aunque esperamos lograrlo; pero lo más importante es que lo pasamos muy bien y lo disfrutamos mucho. ¿Queremos ser unos músicos triunfadores y famosos? Por supuesto, pero sabemos que nos queda mucho camino por recorrer, y si a eso unimos que ya no somos jovencitos y que no nos queda, como se diría, «toda la vida por delante», pues la cosa se complica un poco. Y luego, por supuesto, está la campaña gay que hay en el barrio y que anda de boca en boca: y es que ciertamente somos cinco homosexuales haciendo música, y eso puede ser publicidad tanto positiva como negativa.

Si empezamos por el lado positivo, es cierto que estamos en un buen momento con respecto a la concienciación sobre el colectivo gay; desde luego, nosotros lo tenemos mucho más fácil que muchos de los artistas que nombraré en este blog, que para salir del armario tuvieron que hacer un esfuerzo casi titánico. La sociedad ya no machaca tanto a los maricones como antaño, aunque por supuesto quede mucho por recorrer; pero me doy cuenta que las libertades de las que ahora gozamos es algo por lo que estar agradecido, pues hasta hace bien poco hasta en temas pornos gay la cosa estaba jodida, no habiendo manera de ver dos tíos desnudos en plan cariñoso ni a la de tres. Ahora, la tendencia ha cambiado, incluso diría que cada vez tiene más adeptos; pero incluso sin ser así, es mucho más fácil encontrar pornografía homosexual que hace unos años.

Y es que digan lo que digan, no es que los gays seamos demasiado exigentes a la hora de ver porno; de hecho, nos hemos conformado durante mucho tiempo con disfrutar con el tradicional para heterosexuales, gozando de lo que gozaríamos en el homosexual mismamente: de penes enormes. Después de todo, si es cierto que el tamaño no importa, al menos sí que atrae, y ver una buena verga en acción, sea como sea, siempre le daba a uno alegría, aunque su destina fuera un coño mojado y no un culo masculino ansioso. Dicen que la intención es lo que cuenta, y si uno ver un rabo espectacular con ganas de penetrar algún agujero corporal, llegaba el momento que lo disfrutabas igual, sin mayores aspavientos. Pero por supuesto, como no, prefiero la libertad que existe ahora mismo en el mundo del porno, donde cada cual elige lo que ve, en función de sus preferencias sexuales

Pero retomando el tema de la publicidad gay que se pueda hacer a nuestro grupo, y por mucho que parezca que ser marica está de moda y que se hace mejor música si declaras tu homosexualidad, diré que todavía no estamos tan liberados como parecemos. De hecho, hay más de uno de nuestros conocidos que nos llama «banda de maricones», en plan tan despectivo como suena, y por supuesto, si de ellos dependiera, jamás saldríamos de nuestro lugar de ensayo. Esperamos no encontrar mucha gente así en el mundillo cuando en realidad queramos despegar, pero mucho me temo que alguno encontraremos. Habrá que tomarlo con calma y diplomacia, y recordar que llegar a la cima nunca ha sido fácil para nadie, homosexual o no.