Esto de las preferencias sexuales ha existido desde que el mundo es mundo, pero no ha sido hasta siglos recientes que ha tomado cierta relevancia, e incluso en los últimos 100 años cuando en verdad el tema ha salido a la palestra intentando cambiar la percepción de la homosexualidad y por supuesto normalizar y garantizar los derechos que nadie debería negar a nadie por este asunto. En realidad, si estamos atentos casi cada día puede haber una polémica de esta clase, cosa por otra parte que no tiene por qué estar mal, siempre que sea para avanzar y dejar atrás prejuicios y discriminaciones.
Por suerte, el mundo del arte en general, y el de la música en particular, no han tenido demasiado en cuenta este tema, quizá porque, según cierta leyenda urbana que aún está por determinarse si tiene algún sentido, de alguna manera los artistas homosexuales han tenido siempre fama de ser gente con mucha sensibilidad; sea esto cierto o no, el hecho es que durante la historia de la música muchos gays y lesbianas han sido grandes estrellas, y su obra ha inspirado a millones de personas en el mundo, sin que, eso sí, su identidad sexual haya importado para nada. Sólo importaba su trabajo y lo que podían transmitir gracias a él.
Así que, contrariamente a lo que mucha gente pudiera pensar sobre estos músicos, estaba claro que su obra no estaba dirigida precisamente a gente homosexual, en especial a los hombres; han cosechado éxitos durante años y años, y aunque todo el mundo conocía su condición sexual, no por eso se pensaba que su música estuviera dirigida precisamente a gays, aunque algunas letras fueran claramente himnos contra la discriminación: al final, todos acababan chapurreándolos, y muchas veces hasta parecía que la gente les daba un sentido diferente, sin que contara para nada ningún mensaje oculto sobre géneros.
Así, ¿os gustaría hacer un recorrido por la historia musical universal, y comprobar cómo el arte está por encima de algunas cuestiones como esta de las preferencias sexuales? Quizá os sorprenda algo de lo que descubriréis, y si no, siempre es buen momento para conocer a aquellos que han contribuido a hacer de la música uno de los placeres de la vida.