Tras un largo tiempo sin poder hacer mucho más que disfrutar de la música en compañía de mi grupo y esperar que las circunstancias cambiaran con buen pronóstico para todos, por fin este año 2023 tengo novedades que contar. Cuando ya pensábamos que nos quedaríamos para siempre tocando en la trastienda de mi padre sin nunca poder dar un paso al frente, tuvimos la suerte de conocer a un productor independiente que había escuchado nuestras canciones en internet (única manera de poder dar a conocer al público nuestra música). Y entonces, el verano pasado, tras algún tiempo haciendo publicidad por las redes sociales, por fin consiguió que saliéramos de gira, para tocar en los eventos musicales veraniegos que se celebran por todo el país.

Han sido buenos tiempos, pero si te digo la verdad, más que emocionarme el comienzo de una posible carrera musical (que vuelve a estar parada, esperando que se vuelva a presentar otra oportunidad de actuar en público), lo que me ha gustado de la experiencia ha sido la oportunidad de conocer más a la gente que se dedica al negocio de la música. Pocos artistas se pueden dar el lujo de ser tan excéntricos como los músicos y que, para colmo, la gente lo vea normal; y eso me alucina, la verdad. He tenido que tratar con algunos personajes (con diferentes puestos y status, pues estos elementos están en todas partes) a los que daban ganas de mandas a tomar viento fresco con una patada en el culo por sus actitudes; sin embargo, al ser famosos, o tener alguna influencia en el mundillo, se les agasaja o al menos se les pasa la mano, alimentando que sigan siendo gilipollas. Pero, por contra, he conocido a gente sencilla, con verdadero talento, a la que sin duda quiero volver a ver; gente con la que se conecta, se tienen muchas cosas en común, te reflejas en sus emociones y sentimientos… como por ejemplo la que se autodenomina la lesbiana número 1 de España. Ella es Yoly Saa, y ahora que empieza a ser conocida y su historia es de dominio público, me ha hecho pensar y reflexionar.

Y es que, durante una época, tuve la impresión que era algo así como una moda en el mundo de la música confesar que eras homosexual, gay o lesbiana… lo fueras o no. Puede que me digas que soy un incrédulo, pero, ¿no te ha dado por pensar en que últimamente hay muchos artistas que dicen salir del armario, y que eso da como cierto caché? Bueno, ya sería el colmo de las excentricidades decir que eres maricón o tortillera si no lo eres, aunque como digo, tampoco sería tan raro de aceptar si hablamos de músicos, cantantes, solistas… Y luego, reflexionando sobre ellos, me pareció que cuando un artista hombre decía ser gay, eso le daba fama por momentánea que fuera; sin embargo, si se daba el caso de que fuera una mujer la que descubriera su lesbianismo, pasaba sin pena ni gloria. ¿Tú que piensas? Algo así como en el porno online, la forma de pornografía de uso más común.

¿Qué por qué hago esta analogía? Fácil, y es que el porno lesbianas lleva muchos años funcionando sin que nadie haya puesto el grito en el cielo, como una categoría más. Lo consumían hombres y también mujeres, y a todos pone cachondos ver a dos o más tías dándose el lote o follándose con sus dedos y lenguas; de hecho, el sexo lésbico era muchas veces el preludio a tríos MHM, porque el maromo de turno se había puesto duro viendo la situación, según nos han enseñado los videos xxx. Nada que ver con el porno gay, que solo ahora empieza a tener un consumo normalizado, aunque hay que decir que casi en exclusiva por el colectivo homosexual, y todavía en sus propias webs especializadas.

Vamos, que yo lo tengo claro: en la sociedad las mujeres lo tienen todo más difícil, pero lo que es en el porno gratis y en la música, poco importa si son lesbianas o no, porque ahí poco importa su condición sexual. Curioso, cuando menos, o lo mismo son tonterías que se me ocurren ahora que tengo mucho tiempo libre y poco en lo que pensar.